Las mentiras. De hecho la novela iba a llamarse así, “La mentira”, y finalmente se tituló “El orden improbable”. A alguien, una muchacha de 18 años por ejemplo, le preguntan cómo será a los 40, y podría decir no sé, estaré casada, tendré dos hijos, viviré en un piso cómodo y bonito, tendré un trabajo que más o menos me satisfaga. Y decidí escribir una novela en la que una mujer de 40 volvía a casa de sus padres, sin trabajo, sin hijos, sin piso cómodo y bonito, sin un marido. Dispuesta, qué remedio, a empezar de nuevo, en su ciudad natal, teniendo que luchar con los fantasmas del pasado y los del presente.
Con esta novela gané el premio, el premio,... ah, no, que no gané nada.
Premios
Montones de premios
Crítica
Pilar CastroEl Cultural (El Mundo)Publicado el 2005-01-20